martes, 30 de abril de 2013

Fusilamiento en la Plaza Mitre

Por Tamara Sanchez

Abrió los ojos y observó la pequeña habitación. Ya no veía la abrazadora luz del sol de medio día. Lo último que recordaba era que desembarcó de una goleta que los trasladó desde Rosario hasta el Puerto de San Nicolás junto a su padre, el Comandante Montenegro, el Coronel  Videla, los tenientes coroneles Luis Carbonell, Francisco Campero y Ángel Altamira,  dos Sargentos Mayores y algunos civiles. 
Ahora se encontraba junto a todos los tripulantes de la nave en esa pequeña y húmeda habitación. Romualdo, el más pequeño de todos, ya podía avizorar el futuro, sabía que más allá de las promesas y los compromisos asumidos con el pueblo, los Federales no los dejarían ir tan fácilmente. Miró a su padre, enfermo, recostado sobre el suelo y se sentó a su lado. Tomó su mano y cerró sus ojos, para poder regresar al instante en el que se despidió de su madre con un beso y se unió a la caravana del ejército del Gral. Paz para acompañarlo. 
Ese pequeño regimiento Unitario tenía la misión de dirigirse desde la ciudad de Santa Fé hacia tierras bonaerenses para concretar una importante tarea de espionaje. A pesar de lo pactado entre centralistas y federales no podian confiar en lo acordado. Durante el viaje, un grupo del Ejército Rosista los detuvo y los envió a Rosario. No entendían muy bien la situación pero estaban convencidos que no les sucedería nada, ya que luego de concretar la Paz en Córdoba, el Gobernador de la Provincia de Santa Fé y caudillo Federal Estanislao López, se comprometió a no penar a nadie más por hechos anteriores. 
Romualdo, ya había cumplido los once años, era muy joven para comprender los ideales revolucionarios que pregonaba su padre cada vez que le contaba una historia sobre las batallas libradas en las provincias del interior. Sin embargo comprendía la situación que vivía en ese momento.
La puerta de la habitación comenzó a moverse lentamente, Romualdo abrió los ojos y vio frente a él al hombre que los había guiado desde las costas del río Paraná hacia el cuartel. Los prisioneros se pusieron de pie y esperaron silenciosamente a que el comandante Ravelo, como se había presentado, emitiera la primera frase. Pasaron segundos, minutos, pero nadie decía nada. El comandante suspiró exageradamente y comenzó a hablar. 
A las cuatro de la tarde los prisioneros marcharon hacia la plaza Mitre que se hallaba en frente del cuartel en donde se encontraban cautivos desde su arribo. Guiados por un grupo de oficiales, al llegar formaron una fila y esperaron resignados la lectura de la sentencia de muerte, dictada por el Gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas.
Romualdo, con lágrimas en los ojos, miró hacia el cielo y exclamó el lema de la Patria, que impulsó a ese grupo de hombres a luchar: ¡Libertad y Honor!
En todos los lugares de la ciudad se oyó la descarga de fusilería que terminó con la vida de un grupo de revolucionarios, que lucharon para defender sus ideales y, entre ellos, un inocente niño que cumplía con su deber de hijo.



Astul Urquiaga

Por  Carla Sabbatini

Por la calles de su ciudad natal el viento sopla murmurando su nombre.
Nació un 24 de julio y en sus manos trajo consigo el destino marcado,
 amante de las letras, la prosa y la poesía, 
 escritor por vocación y pasión.

Recorrio el país mostrandole a la gente lo que de su alma y mente salía,
en su andar y nunca errante, desmotro el amor por su San Nicolas querida,
amor que fue retribuido otorgandole cargos de relevante importancia.
Fervil profesión que lo llevo a colaborar con revistas y diarios,
convertirse en profesor y a fundar escuelas.

Su arte no descansaba, poseído por el espíritu de las palabras,
le ha dedicado poesías a su amada, "compañera" de su vida 
y de sus noches alunadas, lloró por su "ausencia" cuando 
 una noche de otoño le robó su presencia.
Gano premios y reconocimiento.

Cuando sus manos dejaron de moverse, dandole paso
a la muerte, la ciudad que tanto amaste, para que el
paso del tiempo no te olvidase, le dio tu nombre 
 un edificio, a una calle, a un bar....


Nota : "Compañera" y "Ausencia" son poesias que le dedico a su esposa Marta López

¿También esto nos quieren sacar?

Por Gaspar Martinez

Mientras tomaba unos mates en familia y a la vez que me nutría de noticias navegando por la web, mi indignación tocó su pico más alto: ahora nos quieren sacar el "Arroz con leche".
Sinceramente no podía creer que luego de la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario, el partido uruguayo de izquierda Frente Amplio planteó cambiar la letra del clásico infantil que marcó la vida de tantos niños, no solo de San Nicolás y del país, sino también del mundo.
"La vida es una competencia con el resto y con uno mismo", rezaba la caligrafía callejera estampada en un paredón de San Nicolás, y hoy nadie duda de que ese mismo enunciado pueda ser el incentivo diario que desayuna el pueblo uruguayo en su constante competencia con los argentinos.
En el  fútbol (emblema del deporte mundial) por ejemplo,  no hay mucho para descubrir. Tal competencia se evidencia  al conformar el clásico más antiguo a nivel selecciones de América, al liderar el podio de los países más ganadores de la competencia que enfrenta a las selecciones de un mismo continente y no podía faltar el entusiasmo y la satisfacción que produce cada intervención fallida del país vecino en un Mundial.
Dejando de lado el deporte, la rivalidad se potenció al enterarnos que contaminaban nuestro país con las tan polémicas papeleras y que, además de semejante atrevimiento, nos demandaron ante la Corte Internacional de Justicia y el sistema de solución de controversias del Mercosur por los cortes de ruta que aplicábamos con el fin de elevar el reclamo a un nivel más alto.
En definitiva: nos dejaron afuera de la Copa América por penales, un insulto de lo más bajo teniendo en cuenta que nuestro seleccionado de fútbol es el autor de dichas hazañas, y no nos importó; ensuciaron nuestro país, contaminando el río Uruguay que establece la frontera entre una y otra nación, y no nos importó; nos demandaron ante organizaciones de gran jerarquía, por reclamar un medioambiente más limpio y libre de contaminantes proveniente de las plantas de celulosa, y no nos importó; pero límites son límites y al fin el vaso se rebalsó con un hecho aterrador y tan terrible que no toleraremos: quieren privar a San Nicolás de alardear acerca de lo solicitada que son sus mujeres, como describe la canción infantil “Arroz con leche”.
El origen de las estrofas de dicha melodía es algo confuso. Muchos se la adjudican a Carlos Guastavino (quien aseguraba que su madre se la cantaba de niño en la década del ´20), mientras que otros ven más probable que  tenga su origen en España muchos siglos atrás. Más allá de su procedencia, ser parte de los versos de una tonada tan significativa era y es algo para sentirse orgulloso, más aún las solteras nicoleñas que conseguían (gracias a la canción) un buen partido con sólo mencionar su lugar de nacimiento.  Lo más irritante, es que se excusan con que el fin de tamaño descaro, es una “cultura de derechos” y obtener más “igualdad”.
Es así señores, lo dije al principio y lo repito ahora, pareciera que Uruguay se las ingenia para competir constantemente, y esta vez  “la oreja mojada” de argentina somos nosotros. Un dato no menor y que avala esta columna es que el nombre que remplazaría al de San Nicolás es Brazo Oriental, un barrio de la ciudad de Montevideo que debe su nombre a una pelea a cuchillo entre un porteño y un oriental en el año 1910. El vencedor llevaba todas las de perder pero con su  brazo logró doblegar al porteño que, especulación de por medio, en el país vecino debió ser el malo de la historia y ¿por qué no? también nicoleño.
En fin, no hay que hacerse mala sangre y si bien lo más probable es que la ciudad de la canción nada tenga que ver con nuestro municipio, el sólo hecho de ser mencionados es una razón más para sentirse orgullosos de vivir donde vivimos.



lunes, 29 de abril de 2013

Querela como yo

Por Mariano Misere

Esas calles transitadas, los devotos de la virgen,
los domingos en la plaza, no me vengan con zaraza.

Yo la quiero como es, amo sus costumbres
sus creencias y religión , 
nicoleño para siempre, así de simple soy.

La conozco desde siempre, entre arroyos me crié,
mi San Nicolás querido, a donde quiera que este.

Recordaba hace un momento, sentado en la costanera, 
meta mate y chacarera, una estancia muy pequeña.
Y mirá adonde llega,
hablan mucho de la Europa, hablan mucho del Brasil , 
seguro no conocieron, un puntito que es así.

Entre porteños y rosarinos dicen que estamos hoy, 
no me importa lo que digan porque nicoleño soy.

Esos hermosos adoquines

Por Gaspar Martinez

No leyeron mal, amo las calles nicoleñas de adoquines. O al menos lo hice hace un tiempo, cuando el destino más lejano y desconocido al que había ido era el almacén de Palomba a cuatro cuadras de mi casa.
Se que un gran porcentaje de los lectores va a odiarme o al menos se mostrará consternado ante mi aprecio por los empedrados senderos nicoleños que estropean a diario el tren delantero de su vehículo, pero pónganse en mi lugar: oriundo de Villa Ramallo, menor de 8 años, conocedor solo de calles pavimentadas o de tierra (barro o pantano, en caso de chaparrón) y con una gran facilidad para el asombro. Todas características que me volvían indefenso, vulnerable a todo lo que mis ojos percibían como extraño y exótico.
Quizás antes de llegar a Maipú entre España y Ameghino, pude haberlos visto en otro lugar; pero probablemente iba durmiendo y ningún bache fue capaz de despertarme, alguno de mis hermanos me entretuvo con alguna discusión sin sentido o simplemente me distraje cantando alguna canción popular de aquella época. Lo cierto es que no recuerdo el motivo del viaje, ni los familiares que me acompañaban en el Renault 18 que nunca llegué a manejar, ni la fecha exacta de dicho recorrido. Solo recuerdo mi emoción. Abrí los ojos como si hubiera visto a mi personaje favorito de animé, como si el club de mis amores hubiese abierto una sucursal en San Nicolás y me hubiese elegido entre miles de jóvenes para hacer un homenaje, y sin dudarlo dos veces empecé a pedirle a mi papá que frenara a un lado de la calle para poder caminar en esa hilera desprolija de piedras que me tenían en un estado de trance, a tal punto que casi ignoro las risas de todos los presentes ante mi insólita reacción. De más está decir que nunca se orilló al cordón, pero cuando llegamos a destino fui el primero en bajar del auto.
No los quiero engañar, caminar descalzo no fue lo que esperaba pero yo ya había cumplido con mi dosis anual de asombro. Quizás me lamenté excesivamente por la elevada temperatura del pavimento, pero nadie pudo reprocharme nada. Todos estaban a la espera de alguna otra reacción inocente que les termine de alegrar el día, mientras yo vivía una experiencia inolvidable que recordaré por siempre.

domingo, 28 de abril de 2013

Ciudad de mis sueños

Por Beatriz A. Buonocore


San Nicolás de los Arroyos, la última ciudad del norte de Buenos Aires, que muchos confunden como santafecina y donde las “s” no se dejan oír; por donde pasaron hombres y mujeres reconocidos de nuestro país;  ciudad de cuadras largas, calles adoquinadas, pavimentadas y de tierra. Con veredas angostas y una vistosa vegetación, sus árboles cuyas copas caen embelleciendo la mirada de los transeúntes. Casas de estructuras antiguas que contrastan con las edificaciones modernas. Ciudad de ensueños y de misterios, envuelta  por el río Paraná y arroyos que desembocan en él.
Industrias que abrazan la ciudad, cautivando gente de todos sus barrios y localidades vecinas. Existen rincones encantados, donde se mezcla la historia con anécdotas fantasmales  atrapantes.
Soy una eterna enamorada del Paraná. Mi casa no está lejos de sus orillas, lo disfruto, lo admiro, me embriaga ver la ciudad desde su lecho. Puedo sentir su brisa, disfrutar de su fauna, me entretiene su oleaje, saboreo su naturaleza exterior e interiormente. ¡Cuántas sensaciones encontradas me hace sentir!
San Nicolás, el pueblo que se hace ciudad, el que avanza a pesar de las dificultades que acarrean los nuevos gobiernos, sus calles céntricas pobladas de negocios comerciales y gente paseando, mirando,  comprando…
Sólo los domingos, sus calles descansan de tanto murmullo, calles desiertas, oasis imaginarios se presentan para el espectador. ¡Cuánto material para aquellos que nos gusta escribir! ¡Cuánto glamour para la fantasía de un día de paseo! ¡Cuanto…cuanto deleite, me regocija vivir en ella!


jueves, 25 de abril de 2013

Rafael de Aguiar, nuestro fundador

Por Emiliano Alegrini


Vaya mi recuerdo a Don Rafael de Aguiar un hombre llegado de la provincia de Santa Fe, fundador de la ciudad el 14 de abril del año 1748, bajo la advocación del Santo Nicolás de Bari de quien era devoto. Él era un placentero comerciante naviero que se desplazaba por las aguas de nuestro hermoso y atrayente Río Paraná, efectuando comercializaciones por ventas y comisiones.
Mientras los días seguían en permanente recorrido, nace su eterno romance con Juana Paulina de Ugarte, hija de un hacendado y acaudalado terrateniente, que motiva el nacimiento al pueblo de San Nicolás de los Arroyos, llamada así por la geografía donde se encontraba ubicado rodeada por los paradisíacos caudales de agua como el  Arroyo del Medio, Aº Ramallo y el Arroyo Yaguarón.
Él era todo un caritativo. Por ello, donó parcelas para la construcción de la plaza pública (hoy llamada plaza Mitre) y colaboró con el origen de la Iglesia Catedral, muy famosa en la ciudad, que en sus comienzo de vida se llamó San Nicolás de Bari.
San Nicolás se abrió como un surco en el extremo norte de la provincia de Buenos Aires.
Una década después de fundar San Nicolás, falleció en su nueva tierra el 5 de julio de 1758. Sus hijos y la escasa población continuaron con la obra y los descendientes de aquel ilustre matrimonio permanecieron en su propiedad hasta bien entrado el siglo XX.
El espíritu emprendedor heredero de Don Rafael de Aguiar sigue vivo y es permanente motivo de recuerdo de todos los nicoleños.

miércoles, 24 de abril de 2013

Sucesora de un amor

Por Celia Mesías

Me gustan las calles de San Nicolás los domingos cuando salgo a caminar. Las siento tranquilas, descansando del fandango de la semana; los días soleados son únicos. Mientras recorro las veredas, los jazmines chinos me saludan con su aroma y las rosas despliegan su belleza para mí, desde los jardines de casas y plazas.
Amo el paseo costanero. De un lado, los ranchos de los isleños con sus moradores tomando mate, preparando sus botes para su labor, tejiendo sus redes indiferentes a los del otro lado o -al contrario- observando como en un cinematógrafo a los visitantes de sus costas queridas.
Del otro, los pequeños acompañados de sus padres aprendiendo a andar en bicicleta, en patines, con sus caritas de felicidad que son inolvidables. Me gusta contemplarlos, mientras la brisa con olor a río me acaricia el rostro y el sol me envuelve con su mágica energía. Todo allí parece prodigioso.
Ver los barcos en el horizonte, me hacen recordar una historia de amor que se inicia con el rencuentro de dos enamorados en el puerto. La doncella esperando en el muelle mientras el barco se acerca, buscando el rostro amado de su alma gemela. Los dos han decidido unirse para formar una familia, aquí en mi ciudad, la ciudad de mis padres y abuelos.
Ese hombre era mi bisabuelo, Ismael, que escapó de la Coruña en 1889 con apenas 7 años de edad escondido en un barco, cuando se disgustó con su padre. En el viaje, al ser descubierto, se hizo pasar por una niña aprovechando la ventaja de que tenía el pelo largo. Fueron quince días en los que dejó de ser un chiquillo lleno de ilusiones y temores por lo que viviría, para convertirse en la callada y tímida Juana.
Al llegar a destino, Ismael tomó el trabajo de ayudante de tendero. Cuando cumplió 18 años, se convirtió en empleado de correos -función que desempeñó hasta su muerte- de este pueblo en pujante crecimiento. Se casó con María, una bella, obstinada y abnegada joven, con la que tuvo 11 hijos, antes de morir a los 27 años de cáncer. Yo soy la orgullosa nieta del menor de esa prole, David Abel Mesías, un guapo trabajador, amante de las mujeres de San Nicolás y del tango.
Cada domingo, cuando vamos con mi familia a visitarlo, mi abuelo me cuenta alguna anécdota de su juventud. Su preferida es cómo conoció a Blanca, mi abuela, en el carnaval de 1945 en la plaza Mitre. Ella tenía puesta una máscara de arlequín sobre el rostro y un vestido azul, su color preferido, tan largo que solo dejaba ver unos zapatos con una bella flor en el medio. Se habían citado a las 18:30 horas en el costado derecho del escenario. La segunda orquesta convocada para tocar en el evento ya se disponía a empezar su acto cuando a mi abuelo, vestido con un elegante traje hecho a medida color marrón chocolate, alguien le toca el hombro. Al darse vuelta, no vio a nadie y volvió a concentrarse en la música. A los cinco minutos, otra vez siente que alguien le toca su hombro izquierdo y al girar allí se encontraba, según sus propias palabras, la mujer mas bella que habían visto sus ojos. "Mi blanquita", recuerda. Recorrieron el lugar charlando y riendo, él le compró un helado, ella le regaló una sonrisa y ahí, en ese momento sublime, decidieron estar juntos para siempre.
Por todo ello es que para mi San Nicolás es una tierra llena de cariño y fábula; de trabajo y esfuerzo; una ciudad llena de coyunturas y sueños por cumplir.

jueves, 18 de abril de 2013

Mi Primer Caña de pescar


Por Tamara Sanchez

Cuando creí que San Nicolás era más de lo mismo, una ciudad conservadora y aburrida, recordé su belleza.
Es imposible nombrar a San Nicolás y no hablar de su río. Todos los nicoleños tienen una historia relacionada con él, no puede pasar inadvertido, y yo no soy la excepción.
En una de mis travesías descubrí que ya no tenía miedo al agua, ni a la isla y lo que podía encontrar en ella. Ese viaje a través del Paraná me llevó a momentos vividos en mi infancia, recuerdos que habían quedado guardados en algún lugar de mi memoria. Levantarse los domingos, preparar la caña de pescar (mi primer caña de reel), disfrutar una tarde en familia y ni hablar de las divertidas sobremesas.
Recuerdo la vez que estrené la caña, estaba muy emocionada porque había sido un regalo muy especial para mí. Mi papá la preparó y le puso la carnada, una pobre anguila que minutos después estaba volando por el aire y cayendo sobre el agua. Esperé algunos minutos, nada movía la boya. Más tarde noté que la caña se agitaba y corrí emocionada para traer mi presa.
Cuando ya casi podía sentir el olor de mi primer pez algo cambió todo, las piedras del barranco engancharon la tanza y ayudaron a escapar a mi pieza, una gran boga. Estaba decepcionada, luego de varios segundos de reflexión entendí que no era tan grave, después de todo odio comer pescado.
No hay momentos más especiales que los que viví en mi infancia, por eso si tengo que hablar sobre lo hermoso de San Nicolás lo primero que invoco son esas memorias.
Esto es San Nicolás, una ciudad con muchos años de historia, paisajes hermosos y, sobre todo, una gran familia. Sé que no es original, pero mi ciudad es “una ciudad con alma de pueblo”, por eso se destaca y por eso no la cambiaría por nada.



No soy de acá, soy de más allá

Por Emilia Barbaro

No soy de acá, soy de más allá,
algo me trajo y me hizo quedar.
No soy de acá, pero quiero quedarme
y agradecer lo que esta ciudad supo darme.

Plazas llenas de risas, niños y juegos,
lugares históricos que visitaré luego.
Un hermoso santuario, y la iglesia de mi bautismo,
una bella costanera, que se dibuja en el abismo.

Llegué sólo a estudiar, 
y no me podía acostumbrar.
Calles que cambian su nombre,
y terminan no se donde.

Pasa el tiempo y me acostumbro,
a una ciudad que no es la mía.
Pero es acá donde encontré,
mis momentos de alegría.

Un lugar escondido a la vista de todos.

Por Romina Paniagua

Desde los rincones más perdidos de la ciudad existe un puente que te lleva a adentrar el río.
Los cálidos rayos del sol hacen que el agua brille de tal forma que parecen pequeños espejos flotantes.
Los matices y los aromas se mezclan haciendo de ese rincón del parque un lugar mágico.
Las nube, los pájaros, los pequeños veleros son parte de la vista, del paisaje. El silencio armónico de la naturaleza por ahí es interrumpido por el rechinar de las viejas hamacas.
Ese espacio sacado de su contexto, logra borrar las tristezas, los dolores, los males; te hace encontrar con tu ser, hondar en los más profundo, enfrentar los miedos más poderosos. Ese lugar tiene la habilidad de canalizar las energías y transformalas en algo nuevo que flota en el aire.
Este pequeño parador, que está custodiado por el gigante libertador, es un lugar escondido a la vista de todos, quizás por eso es tan misterioso, tan especial, tan mio y de todos. 



Bienvenidos al blog.

Por Beatriz A. Buonocore

Hola, entraste al mejor blog de todos los tiempos, donde las historias se convierten  en poesías, en cuentos encantados, en amenas conversaciones. Sólo aquellos que vivieron esas historias pueden tener un sentimiento de alegría, tristeza o indiferencia.
En nuestro caso, la intención es  hacerles conocer hechos reales que ocurrieron y ocurren en nuestra ciudad. Una ciudad de ensueños, ciudad motora de industrias y casas antiguas, donde se combina la magia del pasado con un presente  de avanzada tecnología, donde los hombres buscan la igualdad de las grandes ciudades.
En este blog el grupo trabajará con todas sus luces, ingenio y ganas de escribir, porque nosotros nos formamos para ello, para contarles a ustedes realidades ciertas e inciertas y hacer de ellas una dulce y agradable lectura.

Bienvenidos al blog


Por Emilia Barbaro

Para dar bienvenida a este espacio que hoy está naciendo, debería poner la tan repetida frase “BIENVENIDOS A NUESTRO BLOG”, seguido de: gracias por visitarlo, esperamos que sea de su agrado; porque si no ¿qué otras frases se utilizarían en este caso?, si todas dirían básicamente lo mismo y también terminarían siendo frases trilladas. Es por esto que hoy los recibo haciendo una breve introducción  sobre lo que pretende ser el eje principal de este pequeño e interesante lugar en el ciberespacio.
San Nicolás de los Arroyos es una ciudad con historia, industria y cultura. Nada le falta a este lugar en el mundo ubicado al norte de la provincia de Buenos Aires. Es una ciudad mística y natural, reconocida por la aparición de la Virgen María a un habitante del lugar, por lo que se levantó un majestuoso santuario, tal como lo había revelado María en su manifestación.
San Nicolás de los Arroyos es también reconocida por los deportistas que pasaron por la ciudad, por ejemplo las épocas gloriosas de la elite del básquet argentino y así uno podría seguir con muchos deportes más. Esta ciudad crece a raíz de albergar a muchas personas que venían para trabajar en lo que hoy es Siderar (Ex Somisa).
San Nicolás posee una historia muy rica y que se merece ser contada. Por esto, lo que pretendemos a partir de este blog es compartir con ustedes desde diferentes aspectos y visiones, tanto literarias, reconociendo personajes representativos, mitos y leyendas que forman parte de la ciudad de San Nicolás de los Arroyos; como el ámbito deportivo y artístico de la actualidad y de tiempos pasados. Queremos contarles sobre la historia que poco se conoce de la ciudad y sobre los lugares que tuvieron suma importancia en la historia de la formación de la República Argentina.
Vamos a utilizar este lugar que hoy nos brinda la tecnología, para hacerle llegar los hechos que marcaron el progreso de una ciudad tan antigua y reconocida como lo es San Nicolás de los Arroyos.

Bienvenidos al blog

Por Gaspar Martinez

Al terminar la secundaria mis viejos me plantearon que solo tenía una opción: seguir estudiando. Horrible, todo adolescente recién recibido anhela egresar para gritar a los cuatro vientos "¡no estudio más!"; y yo solo tenía una opción: seguir estudiando.
Barajé algunas alternativas pensando siempre en mi como un futuro comunicador y las más viables fueron Rosario y San Nicolás de los Arroyos. La primera fue descartada de inmediato luego de que un balance personal concluyera que vivir solo era algo extraño, por no decir "ni en pedo me voy de la casa de mis viejos". La segunda, contaba con la recomendación de mis tíos nicoleños y la comodidad de no mudarme: "mi salvación".
Los años pasaron, los compañeros se volvieron amigos, profesores me tomaron cariño, y otro me dio la tarea de escribir en un blog sobre San Nicolás.
Al principio me mostré reacio, por el trabajo que me tomaría dicha tarea, pero sobre todo por no sentirme cercano a esta ciudad a la que solo me une mi partida de nacimiento. Me tomó dos días ver lo equivocado que estaba. Durante tres años viajé los días hábiles -exceptuando las ansiadas vacaciones anuales y algún que otro permitido personal- y fui empapándome de los temas de interés, las problemáticas que la aquejan, los eventos deportivos destacados, sus lugares históricos y todas aquellas cuestiones que ameritan ser recordadas.
Esta localidad merece su espacio en la web, un lugar donde se cuente su vida y todo lo ocurrido en ella. Por eso, junto con quienes hoy representan conmigo a un "proyecto de comunicadores", les doy la bienvenida a este sitio donde encontrarán anécdotas, recuerdos -personales y populares-, acontecimientos pasados y más; contados de una forma única, esa que solo podrán encontrar aquí.
Sin miedo a ser reiterativo, con la promesa de muchas notas y la presentación concluida, resta invitarlos a que se unan y compartan con nosotros esta nueva propuesta.

Bienvenidos al blog


Por Romina Paniagua.

San Nicolás es una ciudad llena de historias. Algunas, contadas más de mil veces; otras, apenas susurradas en una que otra esquina.
Ciudad de edificios, de fachadas históricas, calles de adoquines que connotan la antigüedad de la misma pero, a su vez, está la tierra recién arada, el aire fresco del campo, sin contar nuestro gran orgullo, el río Paraná.

En este espacio, con estas historias, que son más que historias -son pedacitos de vida, de vivencias, de sucesos- quiero transmitir sensaciones y sentimientos para así poder dar a conocer esta bella ciudad desde otro punto de vista, mirar con una nueva perspectiva las cosas cotidianas y haciendo foco en los pequeños detalles que muchas veces, por tan obvios, no son tenidos en cuenta.
Espero poder lograr mi objetivo de comunicar esos hechos que nos hacen ser los que somos como ciudadanos, con nuestras falencias y nuestros logros, para así tomar conciencia de lo importante que es cada acción por más pequeña que sea.

Bienvenidos al blog


Por Tamara Sanchez

Comentan que San Nicolás no es más que una ciudad escondida entre dos grandes, conocida como “la ciudad que está cerca de” o “pasando tal lugar”. Sin embargo, no saben la diversidad de historias que existen en ella, pasando de las trilladas y conocidas por la mayoría a las ocultas y poco divulgadas. En definitiva, acontecimientos que marcaron el destino de esta ciudad y construyeron su presente.
¿Quién no conoce sobre las grandes batallas libradas en el río Paraná o los próceres que pisaron nuestro suelo? ¿O sobre la aparición de la Virgen y las posteriores peregrinaciones de todo el mundo hacia la ciudad de María? ¿O sobre “el acero que forma parte de nuestras vidas”?. Si querés conocer más acerca de los temas que vuelven mágica, misteriosa e interesante a la ciudad, te invito a formar parte de nuestro blog, donde vas a encontrar historias desconocidas hasta para los propios nicoleños, contados desde una perspectiva divertida y original.
 “No dejaremos de explorar y al final de nuestra búsqueda llegaremos a donde empezamos y conoceremos por primera vez el lugar”. Conozcamos juntos esta hermosa ciudad.

martes, 16 de abril de 2013

Bienvenidos al blog

Por Carla Sabbatini

Te preguntarás ¿historias de quiénes o de qué?  En este blog encontrarás historias relacionadas con personajes, lugares de la ciudad de San Nicolás.
Te costará creerlo, pero esta ciudad está plagada de historias increíbles, personajes asombrosos, oscuros, criminales, parajes insospechados con olores a campo y a fábricas humeantes; leyendas de isla y ríos caudalosos.
Calles antiguas, modernas, transitadas por  mujeres de mala vida y por hombres solitarios,  caminadas  por cantores apenados y poetas enamorados.
San Nicolás es  una ciudad llena de vida y misterio. Con cientos de historias para contar y ser contadas, historias de hoy, de ayer y de siempre que encontraras  en este blog.

Bienvenidos al blog

Por Celia Mesías

En este espacio pretendo transmitirle a través de mi prosa la mirada de una amante fervorosa de San Nicolás, su ciudad natal. Quiero contarles relatos de gente como vos, que va desandando el camino de esta hermosa vida, aprendiendo, creciendo, errando, amando.Trataré de hurgar en tu interior, tus emociones, sentimientos y temores; para que mediante crónicas conozcas San Nicolás y te sientas parte de ella de algún modo; ayudarte a mejorar tu vida, si quieres poner en práctica mis sugerencias.
Trataremos temas de salud y de auto conocimiento, desde el lugar de los protagonistas de cada una de esas historias.
Espero, de corazón, pueda serte útil mi aporte, en este contacto que elegís tener conmigo. Bendiciones, hasta pronto.

Bienvenidos al blog

Por Mariano Mísere

Dicen que San Nicolás no tiene más historias que la de la Virgen. Desde que empecé a tener uso de razón y conocer gran parte de la ciudad, descubrí  que tiene anécdotas muy lindas e interesantes, que los habitantes que hoy ya no están en tierras nicoleñas dejaron sus huellas bien marcadas. 

Han pasado deportistas, políticos, periodistas, sacerdotes, comerciantes y hasta animales que fueron queridos por todos y solo el recuerdo es lo que hay de ellos. Por eso queremos dejar plasmado en archivos esos recuerdos que nunca se borrarán, que siempre quedarán. 
Habrá historias divertidas, otras no tanto pero el objetivo es el mismo: que conozcas aquellas historias de San Nicolás que nunca fueron contadas.