Vaya mi
recuerdo a Don Rafael de Aguiar un hombre llegado de la provincia de Santa Fe,
fundador de la ciudad el 14 de abril del año 1748, bajo la advocación del Santo
Nicolás de Bari de quien era devoto. Él era un placentero comerciante naviero
que se desplazaba por las aguas de nuestro hermoso y atrayente Río Paraná,
efectuando comercializaciones por ventas y comisiones.
Mientras los
días seguían en permanente recorrido, nace su eterno romance con Juana Paulina
de Ugarte, hija de un hacendado y acaudalado terrateniente, que motiva el
nacimiento al pueblo de San Nicolás de los Arroyos, llamada así por la geografía donde se encontraba ubicado rodeada por los paradisíacos caudales de agua como el Arroyo del Medio, Aº Ramallo y el Arroyo Yaguarón.
Él era todo un caritativo. Por ello, donó parcelas para la construcción
de la plaza pública (hoy llamada plaza Mitre) y colaboró con el origen de la
Iglesia Catedral, muy famosa en la ciudad, que en sus comienzo de vida se llamó
San Nicolás de Bari.
San Nicolás se abrió como un surco en el extremo norte de la provincia de Buenos Aires.
Una década después de fundar San Nicolás, falleció en su nueva tierra
el 5 de julio de 1758. Sus hijos y la escasa población continuaron con la obra y los descendientes de aquel ilustre matrimonio permanecieron en su propiedad
hasta bien entrado el siglo XX.
El espíritu emprendedor heredero de
Don Rafael de Aguiar sigue vivo y es permanente motivo de recuerdo de todos los
nicoleños.
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