martes, 30 de abril de 2013

¿También esto nos quieren sacar?

Por Gaspar Martinez

Mientras tomaba unos mates en familia y a la vez que me nutría de noticias navegando por la web, mi indignación tocó su pico más alto: ahora nos quieren sacar el "Arroz con leche".
Sinceramente no podía creer que luego de la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario, el partido uruguayo de izquierda Frente Amplio planteó cambiar la letra del clásico infantil que marcó la vida de tantos niños, no solo de San Nicolás y del país, sino también del mundo.
"La vida es una competencia con el resto y con uno mismo", rezaba la caligrafía callejera estampada en un paredón de San Nicolás, y hoy nadie duda de que ese mismo enunciado pueda ser el incentivo diario que desayuna el pueblo uruguayo en su constante competencia con los argentinos.
En el  fútbol (emblema del deporte mundial) por ejemplo,  no hay mucho para descubrir. Tal competencia se evidencia  al conformar el clásico más antiguo a nivel selecciones de América, al liderar el podio de los países más ganadores de la competencia que enfrenta a las selecciones de un mismo continente y no podía faltar el entusiasmo y la satisfacción que produce cada intervención fallida del país vecino en un Mundial.
Dejando de lado el deporte, la rivalidad se potenció al enterarnos que contaminaban nuestro país con las tan polémicas papeleras y que, además de semejante atrevimiento, nos demandaron ante la Corte Internacional de Justicia y el sistema de solución de controversias del Mercosur por los cortes de ruta que aplicábamos con el fin de elevar el reclamo a un nivel más alto.
En definitiva: nos dejaron afuera de la Copa América por penales, un insulto de lo más bajo teniendo en cuenta que nuestro seleccionado de fútbol es el autor de dichas hazañas, y no nos importó; ensuciaron nuestro país, contaminando el río Uruguay que establece la frontera entre una y otra nación, y no nos importó; nos demandaron ante organizaciones de gran jerarquía, por reclamar un medioambiente más limpio y libre de contaminantes proveniente de las plantas de celulosa, y no nos importó; pero límites son límites y al fin el vaso se rebalsó con un hecho aterrador y tan terrible que no toleraremos: quieren privar a San Nicolás de alardear acerca de lo solicitada que son sus mujeres, como describe la canción infantil “Arroz con leche”.
El origen de las estrofas de dicha melodía es algo confuso. Muchos se la adjudican a Carlos Guastavino (quien aseguraba que su madre se la cantaba de niño en la década del ´20), mientras que otros ven más probable que  tenga su origen en España muchos siglos atrás. Más allá de su procedencia, ser parte de los versos de una tonada tan significativa era y es algo para sentirse orgulloso, más aún las solteras nicoleñas que conseguían (gracias a la canción) un buen partido con sólo mencionar su lugar de nacimiento.  Lo más irritante, es que se excusan con que el fin de tamaño descaro, es una “cultura de derechos” y obtener más “igualdad”.
Es así señores, lo dije al principio y lo repito ahora, pareciera que Uruguay se las ingenia para competir constantemente, y esta vez  “la oreja mojada” de argentina somos nosotros. Un dato no menor y que avala esta columna es que el nombre que remplazaría al de San Nicolás es Brazo Oriental, un barrio de la ciudad de Montevideo que debe su nombre a una pelea a cuchillo entre un porteño y un oriental en el año 1910. El vencedor llevaba todas las de perder pero con su  brazo logró doblegar al porteño que, especulación de por medio, en el país vecino debió ser el malo de la historia y ¿por qué no? también nicoleño.
En fin, no hay que hacerse mala sangre y si bien lo más probable es que la ciudad de la canción nada tenga que ver con nuestro municipio, el sólo hecho de ser mencionados es una razón más para sentirse orgullosos de vivir donde vivimos.



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