Por Mariano Misere
Hablar de él, es sacarse el sombrero. Nicoleño
de nacimiento, jugador de fútbol, nacido el 17 de febrero de 1935 a los 69
años,, Enrique Omar Sívori inició su carrera futbolística en el club Cabotaje y luego pasó por el recordado equipo del Teatro Municipal donde jugó hasta emigrar a River Plate. Hasta acá puede parecer que es la historia de un
jugador de fútbol que se destacó con un gol que quedó en la historia, o tantas
otras cosas. Pero no es por nada de eso que lo destaco, él no es un jugador cualquiera para mí, porque tiene algo que me
hace sentir orgulloso, aunque nunca lo conocí y ni siquiera pude verlo jugar
personalmente.
Y te vuelvo a repetir, me pone orgulloso cuando
siento que nombran a Chiquín, porque compartimos algunas cosas y no todos tienen ese
privilegio. Te adelanto una: la pasión por el fútbol, porque si bien
nunca jugué al fútbol siempre amé este deporte. Y si te digo de qué club soy, vas a decir “pero cómo escribe sobre un
riverplatense”, me imagino que te darás cuenta que quiero decir.
Pero volvamos a él. Antes de contarte qué es lo que compartimos, te cuento algo como para que te imagines qué clase de jugador -y de persona- era. Fue unos de los mejores jugadores el mundo, a tal punto le pusieron su nombre a una cortada de su ciudad y a una tribuna del club millonario, que lo vio alcanzar la fama. Llegó a jugar en varios clubes de Europa y fue
nombrado unos de los mejores del siglo XX. Vistió la camiseta celeste y blanca, la nuestra, y también
representó a la Selección de Italia, con la que jugó un Mundial. Me hubiera gustado que no “parle” italiano pero bueno, eso es algo personal.
¡Qué
historia por dios!, no sabés la alegría que me da cuando leo la biografía
futbolística de este muchacho, y solo por la simple razón de que compartimos
algo muy importante. Bueno, no se enojen, ahora les cuento de que se trata. Lo que comparto con Chiquín es algo muy
particular, algo por lo que creo ser privilegiado, que es ser nicoleño. Ustedes dirán “ah
eso es, yo pensé que era algo más importante”, pero para mi sí es muy importante
porque es la ciudad que tanto quiero, ciudad que no cambiaría por nada. Así que
más allá de no ser hincha del club que vio crecer a este majestuoso jugador, me saco el sombrero por este nicoleño que fue muy importante para que San
Nicolás sea conocida y respetada a nivel deportivo en todo el mundo.
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