miércoles, 15 de mayo de 2013

Jefe, ¿se lo cuido?

Por Sergio Romero

Cada mañana, por calle Sarmiento, a metros de la iglesia más concurrida de nuestra ciudad, empleados de la vida se enrolan cada mañana en la tarea de acomodamiento de autos. Muchos le dicen trapitos, otros cuida-coches y, otros tantos, apodos menos agradables, que solo conjeturan a hombres que por alguna circunstancia de la vida dedican su tiempo a este trabajo, para el sustento de sus familias.
Entre estructuras azules que intentan negociar y motivar nuestra fe, entre comercios lucrativos que seducen nuestras necesidades, entre personas indiferentes que transitan todos los días con sus coches, se encuentras ellos. Con una gamuza en la mano, haciendo movimientos como bailando folcklore.
Los señores encargados del estacionamiento, juntos con los demás protagonistas, decoran calle Sarmiento entre Viale y Alberdi. Calle que no solo conecta zona norte con el centro de la ciudad, si no que también transporta miles de fieles todos los años en sus espaldas, en cada fecha festiva.
Si llegás a andar por esa calle tan especial, te encontrarás -quieras o no- con una frase tan particular como familiar: Jefe, ¿se lo cuido?.

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