miércoles, 15 de mayo de 2013

Futuro promisorio

Por Celia Mesias

Es miércoles de principios de mayo, alrededor de las 18:30. Decidí llevar a mi hija Micaela a comprarse la camisa de jean que me pidió ya hace unos meses, en recompensa por sus excelentes notas en los últimos exámenes del colegio. Las dos cuadras que faltan para llegar a calle De la Nación, donde se encuentran las tiendas, se hacen eternas, ya que debemos circular despacio. La vereda está atestada de gente que, como nosotras, salió a hacer compras.
Entramos en el primer negocio, donde vimos la prenda que Mica tanto ansiaba. Tuvimos que sacar número, la tienda estaba colmada, y cuando finalmente nos atienden nos dicen que no hay talle para mi hija. Se agotaron. Volvemos a la peregrinación de compradores. En varios negocios esta secuencia se repite. Al pasar por los locales de artículos para el hogar, también vemos que hay muchos consumidores y ni estamos cerca del día del padre ni de Navidad.
Todo esto me hace pensar: ¿dónde están los problemas económicos de los que tanto la gente se queja?. La crisis, ¿en verdad existe o solo es una excusa para hablar mal de un gobierno que, pese a sus fallas, está tratando de mejorar las cosas con buenas intenciones?. Queda mucho camino por recorrer, pero al menos desde hace un tiempo cada familia en su hogar dispone de una cantidad de dinero para la comida de todos los días.
Si repasamos los últimos informes, nos rebelan que mucha gente pudo viajar, tanto al exterior como al resto del país, y tanto en las vacaciones de la época estival como en los fines de semana largos. ¡Bienvenido sea!. Es un índice claro de que no estamos tan mal como los medios nos quieren hacer creer.
Y hay más indicios favorables. Hoy, los chicos de entre 10 y 22 años sueñan con una carrera. Imaginan con ser abogados, diseñadores, cantantes, ingenieros y desean ser “buenos”, aquí en San Nicolás. No quieren terminar trabajando en Siderar o Acindar por contrato, como hacen sus padres. Aspiran a más y es fantástico como hablan de ser importantes. Hasta he podido escuchar fantasear a algunos pequeños con ser presidentes algún día y yo creo que las nuevas políticas económicas implementadas por el gobierno tienen que ver con eso.
Estamos atravesando una época única en la historia, no solo a nivel nacional sino también a nivel mundial. El capitalismo está en crisis. Eso es bueno, muy bueno.
Es hora de empezar a pensar y a trabajar desde nosotros, desde los hogares; a replantear qué posición tomar y qué papel vamos a jugar en este nuevo mundo que está emergiendo. Debemos comprometernos a trabajar en serio en un país para todos, en un mundo para todos, reflexionar cual va a ser nuestro aporte y buscar los recursos para cumplir con nuestras metas, las cuales deben ser pensadas para los nuestros y para los otros, nuestros vecinos, cualquiera sea la distancia que nos separa.

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